martes, 3 de marzo de 2009

La píldora del suicidio

De santos y herejías
Por Eloy Garza González / MARZO 03, 2009

Una amiga regiomontana que vive en Holanda me escribe que en ese país, el gobierno ha aprobado una píldora para el suicidio. Por lo pronto está restringida a los ancianos y defiende una regulación para limitar su uso a los que estén “cansados de vivir”. La medida es de gran impacto mediático.

Si sale una píldora para los cansados de vivir, será en Nuevo León la aspirina nuestra de cada día. ¿Usted conoce a algún regiomontano que no esté cansado de vivir? Lo normal en Monterrey es un cierto cansancio y como un asco de esa gente corrupta que ronda el Palacio Municipal de Maderito. Los nuevoleoneses, pueblo viejo, estamos mayormente cansados de vivir y buscamos esa Viagra inversa, la Viagra del balazo silencioso y por vía oral que nos deje tiesos para siempre.

Quizá los holandeses, que tienen menos historia y menos teología, puedan abstenerse de la píldora escéptica, de la píldora que mata dulcemente. Ellos son más partidarios de la vida y del queso. Pero el queso de que come toda su vida el regiomontano, sobre todo de la Indepe es la muerte, queso que huele ya a muerte desde la primera vez que lo probamos, y nos va acostumbrando al sabor de la cecina metafísica.

Aquí no se podría jugar con estas cosas de la píldora porque díganme ustedes si Fernando Margain, degradado, y Madero, derrotado, y Mauricio Fernández, calumniado, no sueñan con esa Viagra inversa de la siesta perpetua. Primero se habló de la muerte para incurables y sufrientes. Pero los holandeses se han pasado y están ya en la píldora del escepticismo, de la desgana, del “cansancio de vivir”. Son rubios, nobles y no conocen el spleen.

No es una píldora para nuevoleoneses de San Pedro, pueblo que vive del puro spleen, como gente pudiente que es, y se tomarían la píldora después de la siesta o del golf del Campestre. Querida amiga radicada en Holanda, tú eres raza mestiza y soportarás el cansancio de vivir, el cansancio de ser mexico-holandesa, y te tomarás la píldora elegantemente, como una inglesa perdida en el trópico.

Pero los regiomontanos en general, con las crisis económicas, los más de 60 mil desempleados de noviembre a la fecha sólo en este estado, los levantones semanales, los goles que le meten a Los Tigres, la nostalgia de un panismo truncado que no pudo ser, lo que sube el gas y el diesel, los muertos en carretera, todas las novias enamoradas de Luis Miguel, los occisos y ociosos, los regiomontanos digo/decía, hemos entrado en el spleen que antes, a principios del siglo XX solo era una moda parisina de alta alcurnia. Esperamos poco de la política y demasiado de los políticos.

Es menos estético suicidarse por cáncer que por cansancio de vivir. Decía un amigo (quien acabó suicidándose) que la muerte es sólo un ir perdiendo la costumbre de la vida. Yo quisiera llevarme flores a mí mismo todos los días, al cementerio, como aquel surrealista italiano.

Me duelen las manos de escribir verdades. Es la artrosis de conciencia. En Holanda ni siquiera necesitas ser anciano. Basta con acreditar el cansancio de vivir, que se acredita no yendo al fútbol y no viendo a María Julia por la tele. Pero los holandeses son de Holanda y sólo un regiomontano puede practicar sin escándalo el tedio de no morir.

eloygarza@lostubos.com
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