martes, 15 de diciembre de 2009

Las campañas de antes

Las campañas de antes
TANGENTE
Por Oscar Díaz Salazar




La propaganda se “pintaba” de manera artesanal en tela de manta y se colocaba en las bocacalles, en los cruceros, en las esquinas y en los desniveles.

Los “pósters” con la fotografía del candidato eran tamaño tabloide, en blanco y negro, y se imprimían en los talleres de los periódicos y en las imprentas. Para pegar estos carteles en los postes de la CFE , alumbrado publico y Telmex se utilizaba engrudo, un pegamento hecho a base de harina de trigo y agua.

Las bardas de “particulares” eran los lienzos preferidos para rotular las propuestas de campaña, la imagen del partido político y el nombre del candidato.

Los ciudadanos con inquietudes políticas y simpatías ajenas al Partido Revolucionario Institucional, se resistían a participar como candidatos pues la aventura representaba un fuerte gasto para la campaña, a solventar con sus propios ahorros…. ahora participan porque resultan hasta con ganancia.

En los “mítines” se “boteaba”… como en las misas católicas, los simpatizantes del candidato pasaban con una lata vacía (bote) para que los participantes obsequiaran unas monedas que se destinaban a los gastos de la campaña.

Los candidatos y su comitiva se trepaban a una plataforma de trailer para ver y ser vistos por los asistentes a las reuniones de proselitismo, llamadas mítines.

Cada tarde, durante las semanas de campaña, se llevaba a cabo un mitin en el que participaban varios oradores. Además del maestro de ceremonias que conducía el evento, había un orador que se encargaba de presentar y elogiar al candidato, uno mas que le daba la bienvenida, por lo regular vecino del sector, y el propio candidato.

Las tareas de campaña se atendían con el trabajo voluntario – realmente gratuito – de los amigos del candidato y los simpatizantes del partido y/o aspirante a un cargo de elección popular.

Obligado era realizar por lo menos un par de desfiles en vehiculo por toda la ciudad… estas caravanas motorizadas se conocen como “gallos”.

Se instalaban brigadas de simpatizantes para pintar los vidrios posteriores de los vehículos con la imagen e identidad del partido y el candidato. Para esto se utilizaban botes de pintura en spray y plantillas.

El perifoneo era muy utilizado, ya sea para invitar a una reunión con el candidato o para referir las virtudes y la propuesta del aspirante a un cargo de elección.

No había anuncios en televisión. Solo se captaban en Reynosa 2 o 3 canales con programación nacional y un par más de canales en ingles de los Estados Unidos.

Eran también pocas las estaciones de radio. Don Roberto Avilez Candia era como el Zabludovsky de Reynosa… en cuanto al impacto de sus opiniones y su condición de voz casi única en la radio local.

Por supuesto que no había celulares, ni computadoras y menos el Internet.

No se utilizaban las carteleras monumentales en las campañas políticas.

No se usaban las encuestas para saber como andaban los candidatos, y mucho menos para efectos propagandísticos de inducir la simpatía con el futuro ganador.

No se conocía la mercadotecnia política.

Los aspirantes no necesitaban ser bonitos, ni metrosexuales… por lo general eran señores (as) hechos y derechos, con presencia en la comunidad, con habilidades oratorias, y con cierto liderazgo.

La “canción de la campaña” no era un jingle como los de ahora, con musiquita pegajosa (media gaysona) o con la tonada de moda… la pieza musical que utilizaban los candidatos, era del genero que le daba su nombre a este elemento obligado para toda buena campaña de esa época: el “corrido de la campaña”.

Dinero no había… excepto en las campañas priistas… y sin embargo hubo candidatos que compitieron de tu a tu con los tricolores.

Dinero oficial, publico no había… no se pagaban salarios, los simpatizantes aportaban su trabajo y mantas, triplay, pintura, además prestaban sus vehículos, obsequiaban equipos de sonido, prestaban las plataformas…

Los enemigos de la revolución institucionalizada – entiéndase los enemigos del candidato priista favorecido con el dedazo – financiaban a trasmano, por debajo de la mesa, a los candidatos opositores.


Reynosa, Tamaulipas a 23 de noviembre de 2009


PD. Hago una atenta invitación a los nostálgicos de ese tiempo, un llamado a los que vivieron las campañas políticas en los años 70 o anteriores, para que me compartan sus recuerdos, para que me escriban y me ayuden a redactar una segunda parte de esta columna que les dedico a los protagonistas de las campañas políticas de ese tiempo.

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