martes, 27 de enero de 2009

El regreso del Betico


El regreso del Betico
TANGENTE
Por Oscar Díaz Salazar

El ostracismo que por varios años padeció, y del que paulatinamente regresa el reynosense Humberto Valdez Richaud, es una prueba de la influencia que en el gobernador del Estado ejerce el afro veracruzano (desde la aparición de Obama es políticamente incorrecto llamarle negro) Ricardo Gamundi Rosas.

Si echamos mano de los recuerdos, si hurgamos en el pasado inmediato, les puedo asegurar que el Betico Valdez Richaud fue uno de los primeros políticos de nivel – en ese tiempo era Diputado local – que se afilió a la corriente del corazón de Tamaulipas.

Mucho antes de que el dedo yarringtoniano apuntara al centro… del Estado, y acomodara las cosas para heredarle el cargo a Eugenio Hernández, el Ing. Valdez Richaud ya se había alineado con el entonces inquilino del Palacio del 17 Hidalgo de Ciudad Victoria.

Supe de varios periodistas a los que el ex Alcalde de Reynosa aconsejó, con la suficiente anticipación como para anotarse en los primeros lugares en la lista de afectos, o mínimo de compromisos, que se acercaran al muchacho de la película, que en ese tiempo trabajaba en posicionarse en la mente de los tamaulipecos, con el famoso spot en el que acariciaba un cachorro de tigre.

De buena fuente supe que el dos veces ex diputado local, Humberto Valdez Richaud, entraba como Juan por su casa al despacho de la alcaldía de Victoria, en el que “trabajaba” (en teoría) el ahora jefe del poder Ejecutivo en Tamaulipas.

Con mucha anticipación al destape de Geño Hernández como candidato de la línea al gobierno del Estado, el que fuera Secretario Particular de Rigoberto Garza Cantu en la presidencia municipal de Reynosa y de Manuel Cavazos Lerma en la gubernatura, me dijo que sus querencias estaban con Eugenio y que a la hora de elegir entre las opciones que tenia el PRI para la sucesión de Tomas Yarrington, había interpretado las preferencias del jefe.

“No me va a dejar que me equivoque, el que no debe dejar que me equivoque”, ese fue el mensaje cifrado que me dio Valdez Richaud cuando le pregunte si Geño era el candidato, o solo era su candidato.

Humberto ha sorprendido siempre a quienes lo han menospreciado, ha sido dos veces diputado local, alcalde de Reynosa, candidato a presidente municipal, secretario particular de un alcalde y de un gobernador y ha tenido cargos menores en el registro civil y en la policía rural.

Su capacidad de recomponer sus alianzas, establecer compromisos, entablar relaciones y agradar a propios y extraños esta fuera de toda discusión

Hasta sus malquerientes reconocen que tiene la gracia de los bandidos, que es simpático y que cuenta con un olfato político muy certero.

Con su nombramiento como Director de Política Social en la SEDESOL del Estado, avanza muchos lugares en la fila que con disciplina estuvo dispuesto a retomar desde un sitio muy lejano, desde un cargo mucho menor al que se esperaba dados sus antecedentes.

De encargado de una región: Ciudad Madero y Altamira, y con la recomendación de no acercarse a Reynosa, a la posición numero dos en el organigrama de la SEDESOL, hay un buen trecho que nos indica que la “grillada“ que le puso Ricardo Gamundi ya se aclaró, se olvidó o le fue perdonada.

Dicen que del árbol caído todos hacen leña y que al perro más amolado se le juntan las pulgas. Así fue en el caso de Humberto Valdez, pues a su derrota en la elección por la presidencia municipal de Reynosa, le siguió el enfriamiento en su relación con el Gobernador.

Hoy Humberto reverdece y se sacude los piojos, si me permiten seguir con la metáfora. El Betico esta de regreso. El político más simpático de Reynosa vuelve por sus fueros. Esperemos que no se aparezca una mano negra… perdón, afroveracruzana… que impida el renacimiento político del Ing. Humberto Valdez Richaud, al que le deseamos mucho éxito en la chamba que le confió su amigo (¿o ex amigo?) el Gobernador de Tamaulipas.


Reynosa, Tamaulipas a 28 de enero de 2009

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