miércoles, 4 de febrero de 2009

Manuel Espino y su “grilla”

OBSERVANDO
Por José de la Paz Bermúdez Valdés


Manuel Espino, duranguense de nacimiento, pero chihuahuense y sonorense por adopción, es egresado de la Universidad del Noreste de Sonora en la licenciatura de administración de empresas.

Es además un prospero empresario, y actualmente se desempeña como vicepresidente de la Internacional Demócrata del Centro (IDC) y como presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA).

Se afilió en 1978 al Partido Acción Nacional. Ha ocupado diversos cargos dentro de dicho partido, hasta ser presidente del comité ejecutivo nacional. También ha sido dos veces diputado federal.

Vino a Matamoros, Tamaulipas, supuestamente a promocionar su libro “Señal de Alerta”. En realidad asistió a continuar con su descalificación del gobierno de Felipe Calderón, y por supuesto de la dirección nacional que encabeza Germán Martínez, a quien define como un empleado del presidente de la república.

Cuando uno lee el libro, imagina a un hombre comprometido con sus ideales. Piensa que es un doctrinario del PAN y que su conducta se ajusta a su pensamiento. Nada más lejos de la verdad.

Independientemente que puede tener razón en sus reclamos del proceder de la actual dirigencia nacional del PAN, su conducta deja mucho que desear, sobre todo, cuando manifiesta claramente su incongruencia entre lo pregonado con lo actuado.

Para nadie en Tamaulipas, y muy posiblemente en México entero, es un secreto que Ramiro Salazar Rodríguez fue expulsado del Partido Acción Nacional por su proceder fraudulento al interior de dicho instituto político y que más tarde fuera denunciado como el “Caballo de Troya” del PRI en el PAN.

Las denuncias de su corrupta conducta llegaron hasta el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN y éste expulsó de por vida al comerciante electoral.

Hoy, Manuel Espino, es recibido por el defenestrado Ramiro Salazar Rodríguez, en una clara incongruencia a la moralidad pregonada en su libro. En dicho texto, Espino señala que cuando fue comisionado por el hoy presidente de la república, en su calidad de Presidente del CEN, para poner orden en Sonora, encontró una militancia panista entregada al gobierno estatal de aquel entonces, que a la sazón representaba Manlio Fabio Beltrones.

Es decir, el panismo sonorense estaba en franca descomposición ideológica producto de la comercialización electoral que realizaban algunos de sus más destacados miembros. Espino, los fustiga acremente, los sataniza, pero se reúne en Tamaulipas con un prototipo de eso que dice combatir.

En realidad Manuel Espino, no oculta su derrota. El era partidario de Santiago Creel Miranda, para obtener la candidatura a la presidencia de la república, lo derrotó Felipe Calderón y ese hecho no lo ha superado. Creyó, como buen católico, que su antigua relación con el hoy presidente de la república, podía ser el estandarte para ser llamado a ocupar un cargo en el gabinete. Se equivocó.

Venir a la frontera tamaulipeca a decir que el proceder del actual dirigente nacional es erróneo, constituye una expiación de sus culpas. ¿Qué acaso él, no obstante que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) lo apremió para que diera respuesta a la serie de errores e injusticias cometidas contra Julio César Almanza Armas, en su aspiración como candidato a diputado federal por el distrito de Matamoros, no fue desestimada por el prepotente dirigente nacional y dejó dolosamente transcurrir el tiempo, en franco desacato del órgano jurisdiccional, a efecto de que agotado el término, fuese de imposible reparación el acto?

Tan frágil debe tener la memoria el señor Espino que viene a darse baños de pureza, cuando es del dominio público su proceder injusto, no sólo contra el señor Almanza, sino contra otros respetables ciudadanos que fruto de los vínculos con gobiernos estatales priístas, violentaron los derechos de esos aspirantes.

Cuanta hipocresía y falacia hay en la palabra de Manuel Espino. Muy posiblemente tenga razón en algunas de las aseveraciones que emite. Pero, el viejo refrán de “Dime con quien andas y te diré quien eres” lo pinta de cuerpo entero.

Observado

Los esquiroles panistas están felices de que Baltazar Hinojosa Ochoa sea el candidato del PRI a la diputación por el IV distrito federal electoral. Afirman que durante su desgobierno, recibieron pingues ganancias.

Por lo tanto ya se aprestan a lograr que el PAN local, lance a un candidato pichón para el abanderado priísta, a efecto de seguir disfrutando de los beneficios que el gobierno del estado y el municipio les otorgan.

Y en esos lances afirman que la hija del comerciante electoral y defraudador de Fonacot, Ramiro Salazar Rodríguez, sería el elemento ideal para tal fin, ya que ha dado sobradas muestras de complicidad y de sometimiento a las decisiones tanto del padre, como del jefe en turno.

Así que los matamorenses, ya pueden presenciar otro espectáculo cómico, como el de las elecciones del 2007, en donde postularon por parte del PAN, a un sparring de tercera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario