VIERNES SANTO
(Fragmento)
La religión, al menos en México, está más centrada en la madre que en el padre. Jesús, el Hijo, aparece siempre azotado, ensangrentado, humillado, coronado de espinas, arrastrado por el suelo, sacrificado, escupido, dulcemente resignado con su suerte.. No es el Cristo de la resurrección, sino el Jesús sumiso al sufrimiento. No hace mucho todavía, no había en México templos de la Resurrección, todos eran templos del Viernes Santo, con su aceptación resignada de la suerte dolorosa. Para que el pueblo pobre se resigne con su pobreza, como Cristo, y no se rebele. Ya hay algunos dedicados a la Resurrección, sólo unos cuantos, pero los templos siguen predicando a un Cristo humillado que redime con el dolor y a una madre con siete espadas clavadas en el corazón por los sufrimientos que le causa su hijo. Son los ejemplos que la iglesia propone y que la predicación exalta. No se ofrece una interpretación sana y actualizada de dogmas ininteligibles que sólo confunden con sus realidades inaceptables.
Enrique Maza
Sacerdote jesuita y escritor
Lo pleno y lo vacío
Ediciones Proceso
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