lunes, 2 de marzo de 2009

Fe

Por Eloy Garza González / MARZO 02, 2009
Hasta hace algún tiempo, los regiomontanos teníamos de la palabra fe dos interpretaciones: por un lado, la entendíamos en su acepción religiosa, como la absoluta y firma convicción de que algo es verdad. Por otro lado, "La Fe" es, para todo efecto práctico y de reventón, un centro de espectáculos gruperos que está en el municipio de Guadalupe. Ambos significados pueden ser complementarios: para muchos vaqueros urbanos no hay más convicción de verdad que la música de Pesado, grupo que vale lo que pesa.

Pero recientemente ha llegado a Nuevo León un nuevo significado semántico que aún permanece ambiguo: el slogan “fe”, que aparece como pegote en la publicidad de un candidato a la gubernatura, del cual (por no pretender ser este un articulo político), no mencionaré más que sus siglas: Fernando Elizondo Barragán. ¿A qué se refiere este candidato cuando difunde la palabra fe? ¿A la primer sílaba de su nombre de pila? ¿A que se quiere imponer como religioso artículo de fe? ¿A que sus eventos de campaña los celebrará en ese conocido centro de espectáculos gruperos?

Sin ánimo de hacer exégesis del marketing político de Elizondo, o hermenéutica dado el caso (búsquese un diccionario para que el lector capte la ironía), se abre el espacio para propiciar una discusión pública sobre las creencias religiosas de éste como de los demás candidatos a la gubernatura (aunque el otro es nada mas Rodrigo Medina porque Livas no pasa de ser un chiste aburrido).

El tema de la fe debe ser una de los principales en toda campaña política de Nuevo León y en general de todo el mundo. No en balde Barack Obama titulo como "Faith" uno de los mejores capítulos de su libro "The audacity of hope". Al comenzar ese apartado, el ahora presidente de los Estados Unidos repasa el estado de la fe religiosa, no sólo la cristiana pero ésta en especial, de sus conciudadanos gringos. Para todos los regiomontanos nos debe interesar mucho la posición religiosa de Obama, sobre todo si tenemos adherido al parabrisas del coche la fe de Elizondo.

Traduzco libremente: "Cada día miles de americanos se ocupan de sus tareas cotidianas -llevar a los chicos a la escuela, conducir a la oficina, ir a las reuniones de negocios, hacer la compra, intentar cumplir con sus dietas- y llegan a darse cuenta de que algo les falta. [...] Necesitan un sentido de propósito, un arco narrativo para sus vidas, algo que les libre de la soledad crónica o que les levante por encima de los trabajos incesantes y agotadores de la vida diaria. Necesitan una seguridad de que alguien out there, ahí fuera, se ocupa de ellos y los escucha. Una seguridad de que su destino no es sólo viajar por una larga carretera en dirección a la nada."

Casualmente somos muchos los regios que también creemos que viajamos por una larga carretera en dirección a la nada; una carretera libre de casetas de cobro, como la de Monterrey-Reynosa, pero cuyo término no es McAllen, sino otro no-lugar donde no se siente frio ni calor.

Sin embargo, interesa mucho oír hablar a personas especiales acerca de su experiencia religiosa, como sería el caso de Elizondo, o cualquier otro personaje político cuyo interés por ayudarnos a vivir mejor a los regiomontanos es filantrópico y desinteresado. Máxime en un caso como éste de Obama en el cual las dudas no desaparecen nunca. Luego, el buen Barack nos dice que no se educó en un hogar religioso y que su madre, que se inclinaba a lo religioso en un sentido amplio detestaba la religión organizada que con frecuencia manifiesta una cerrazón de mente bajo el aspecto de compasión y esconde crueldad y opresión bajo el aspecto de sentido de la justicia.

Dice que su madre poseía un continuo sentido de la maravilla, una reverencia por la vida y su preciosa naturaleza transitoria que podía describirse adecuadamente como devota. Su madre veía misterios por todas partes y se alegraba en la aguda extrañeza de la vida.

Tras esta referencia a su madre Obama nos introduce directamente en las comunidades negras de creyentes donde "las líneas entre el pecador y el salvado eran más fluidas: los pecados de los que venían a la iglesia no eran muy diferentes de los pecados de quienes no venían, así que podíamos hablar de todos ellos con sentido del humor o condena."

La frase más importante de este primer momento de Obama es cuando entró en la Trinity United Church of Christ y fue bautizado: "it came about as a choice and not an epiphany". Fue una elección y no una revelación. Quiero subrayar aquí que frente a la fe mágica y dogmática de Bush o de Elizondo, la fe de algunas personas como Obama se parece a lo que aún yo mismo puedo considerar que tengo. Una fe dramáticamente insegura que se enfrenta ante el misterio y la nada con todas las cuestiones en carne viva y que se apresta a convivir ante la falta de respuestas, con el silencio de Dios.
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