Los guiones de Antonio Sola

De santos y herejías
Por Eloy Garza González / MARZO 27, 2009
LOS GUIONES DE ANTONIO SOLA


La estrategia electoral que Antonio Sola presentó a Fernando Elizondo sirve como guión para una buena película pero no para ganar la gubernatura. Al plan de campaña del madrileño le sobra sangre. Sus tácticas rezuman violencia. Y ni sangre ni violencia sirven para ganar siquiera una alcaldía.

En sí, esta estrategia apunta a desprestigiar a la administración estatal; se trata de coludirla mediáticamente con el narco. Desliza subrepticiamente (la palabra dominguera nunca fue mejor usada) el rumor de que el gobernador González Parás está vinculado e incluso es un peón del narcotráfico. Así de simple y así de peligroso. Juegan con fuego y suponen que en el infierno que provocarán solo se quema el contrario. Pero el fuego es lo más democrático del mundo: chamusca a ricos y pobres, a buenos y malos.

El problema para Elizondo es que a Sola se lo mandaron en paquete junto con el cuñado presidencial. Y le advirtieron que si quiere recibir recursos para su campaña (que zozobra y hace agua por todos lados si no es por los buenos oficios de Larrazabal), tendrá que acatarse a las condiciones de Los Pinos. Flaco favor: si gana la gubernatura, será un peón de Calderón, y si pierde, tendrán que aguantar demandas por difamaciones y calumnias, por augurar lo menos.

El guión lo han aplicado Sola y compañía para otra película del mismo corte: la descalificación de López Obrador en el año 2006. En aquella campaña presidencial la táctica les funcionó bien. Quienes vimos ese film, salimos de la sala de cine convencidos de que al Peje lo financiaba Hugo Chavez, y de que era un peligro para México. Por eso Calderón – fraudes aparte – ganó la presidencia.

Lo único es que un mismo guión no sirve para filmar películas de distingo género. La de López Obrador fue un film de intriga internacional. La del gobierno de Nuevo León puede acabar en dibujos animados: las tácticas de Sola se están caricaturizando, cada vez son más decantadas en sus propósitos, son más burdas y se nota que Germán Martínez es un personaje que repite su parlamento sin real convencimiento. Es un mal actor y cómico pésimo.

Ignoro hasta donde irá a parar la estrategia de Sola durante la campaña electoral que inicia en Nuevo León el próximo 3 de abril. Lo único seguro es que a Sola no le importa descomponer las cosas en Nuevo León: al cabo no es de aquí. Cobra y se regresa a su piso en Madrid. Le da igual si la polarización entre los actores del estado toma un camino sin retorno.

Pero Elizondo sí se queda entre nosotros, gane o pierda. Y en caso de perder, no tendrá ya a su comunicador estrella que le dicte cómo linchar públicamente al contrario sin reparar en consecuencias. Acaso ni siquiera tenga a Los Pinos cuidándole las espaldas, tan ocupado ya en levantar inventario de Estados fallidos y cuentas del Gran Capitán. Allá él.

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