Mujeres: ¿Qué han hecho las empresas para merecer eso?

De santos y herejías
Por Eloy Garza González / MARZO 20, 2009
MUJERES: ¿QUÉ HAN HECHO EN LAS EMPRESAS PARA MERECER ESO?

Con este título muy de Almodóvar, me refiero a que hace algunos días me invitaron a dar una charla con mujeres empresarias. Fue una buena experiencia. Ya se ve que en el mundo actual muchos prejuicios ancestrales se están viniendo abajo. Hasta hace algunos años era muy difícil concebir que los empleos de buen nivel estuvieran ocupados por mujeres, pero más aún se resistían a aceptar que hubiera mujeres al frente de las empresas, o como inversionistas destacadas.

Cuando en México se logró el voto de las mujeres, hubo algunos legisladores que se negaron a aprobar por machismo esta iniciativa que cambió la vida política del México moderno. En el diario de debates de aquella legislatura se registra que un diputado llegó a decir que las mujeres no tenían conciencia para elegir a sus gobernantes; que eran como eternas menores de edad, que mejor se quedaran en sus casas, tejiendo y cuidando a los hijos y que si votaran, lo harían por Cantinflas. Ahora, apenas el 35 % del mundo de los negocios, está siendo llevado por mujeres.

Las mujeres han impreso en el mundo de los negocios su sello propio. Las grandes ideas empresariales, los modelos de negocios más aterrizados, los estudios de mercado más acertados, el diseño de publicidad más creativo, el buen aprovechamiento de la inversión, la administración y el crecimiento de cada empresa, la adaptación de tecnologías y el internet, son en gran medida aportaciones de mujeres; ellas han reinventado para bien la manera de hacer negocios.

¿Y qué esperan del gobierno en estas circunstancias? Agilidad y simplificación de trámites, menos papeleo, menos burocratismo a la hora de dar de alta su empresa o su comercio; esperan incentivos fiscales y promoción de la inversión privada, principalmente de la nacional. Esperan apoyo y estímulo para la creación y administración de sus pequeñas y medianas empresas. Esperan un gobierno que sea amigo y no un estorbo, un gobierno que cumpla con la ley y principalmente y que sea honesto. Qué difícil.

Pero la economía mundial se quiebra y se dobla. Muchos analistas aseguran incluso que comienza una nueva Era para la economía internacional. A las empresas les conviene incorporar principios y prácticas de responsabilidad social. Los ciudadanos buscan productos y servicios que no dañen la salud, que no perjudiquen el medio ambiente, que no empleen para su manufactura prácticas contrarias a los derechos humanos.

Es bueno incorporar voluntariamente en sus empresas estas prácticas de responsabilidad social, más allá de las meras obligaciones jurídicas, porque ofrecen grandes ventajas competitivas y así ganan prestigio, mejoran su imagen y están mejor calificadas ante los mercados nacionales e internacionales. El consumidor premia a las empresas y comercios por su buen comportamiento social. Los valores éticos pesan y valen mucho como recursos productivos.

Las mujeres empresarias son las primeras que sopesan, comprenden y tienen la sensibilidad para promover estas prácticas que son las más recientes tendencias innovadoras de la nueva política. No será algo fácil. Sigue habiendo resistencias y machismo trasnochado, fuera de época. Pero esta tendencia está destinada a quedarse.

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