jueves, 19 de marzo de 2009

Que hablen los números

Que hablen los números.
TEORIA Y PRÁCTICA
Por David Nossiff Sepúlveda
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM



Es indudable que el PRI se ha recuperado de los descalabros electorales que sufrió en los comicios federales del 2000 y 2006. Las dos elecciones son de resaltar, ya que tratándose de la elección presidencial del año 2000, perdió la Presidencia de la República por primera vez. A esto hay que agregarle los resultados que obtuvo el Revolucionario Institucional en el 2006. Su candidato a la Presidencia, Roberto Madrazo obtuvo un 22%, es decir, la votación más baja que ha obtenido un candidato a la Presidencia de ese partido, aunado a esto, en la Cámara de Diputados, pasó de 238 legisladores a 104; en el Senado solo pudo mantener 33 curules de los 58 que tenía.

Es cierto, que tiene posibilidades serias de ser la primera mayoría en la Cámara baja, ya que en el periodo 2007-2008 ha arrasado en algunos comicios electorales.

También, las pugnas internas del Partido de la Revolución Democrática, reflejan el déficit que tiene de institucionalización, como consecuencia el tricolor se beneficiará de esta situación. Aunque, este hecho no sucede con el Partido Acción Nacional, ya que, por más polémica que suscite la designación de candidatos, se debe de reconocer que es un partido consolidado organizativamente. Por lo tanto, suena difícil que vaya a sufrir algún daño, del cual se pueda beneficiar el PRI.

Ahora bien, el coro triunfalista del PRI ha sonado en el VIII distrito del Estado de Tamaulipas, es decir, el Puerto de Tampico. Pero, (no es con la intención de desafinar) la votación de Acción Nacional no baja de 40% cuando se trata de elecciones federales (hay que tomar en cuenta que la dinámica local y la federal difieren significativamente, por lo tanto hay que tomar con precaución los comicios locales) desde el 2000, pasando por el 2003 y llegando al 2006.

Si bien, hay que admitir que cuando se trata de los comicios del 2000 (72, 530 votos lo que equivale a un 53.68%, contra 48, 777 sufragios que equivale a 36.11%), y del 2006 (63, 945 votos que equivale a un 41.97% contra 50,422 sufragios que equivale a un 33.10%) la votación del PAN supera categóricamente a la del PRI. Y, en la elección intermedia del 2003, tomando en cuenta que la ciudadanía tiende a participar en menor grado, la votación del blanquiazul se mantiene (45, 391 votos que se representa con un 48.20%, contra un 38,706 que refleja un 41.10%).

Concluyo, que la votación del PRI no se mantiene constante a la alza, sino que ha oscilado, y tal parece que su voto duro no le alcanza. Y, la razón por la cual vio disminuida su votación en el 2006 se debe a que el PRD le quitó votos, sin embargo, el PAN mantuvo su votación (otra vez). Es decir, tratándose de elecciones federales, en Tampico hay un voto duro panista consistente, seguramente identificado con el blanquiazul, que si bien es cierto que ha visto disminuido se votación en elecciones intermedias, se debe a que la ciudadanía participa en menor cantidad. Este, es un elemento sustancial para definir la elección.

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