martes, 17 de marzo de 2009

Reynosa

Reynosa
TANGENTE
Por Oscar Díaz Salazar

Te hemos quitado tantos árboles que, aunque nos duela, sabemos que el sobrenombre de tierrosa te ajusta como anillo al dedo.

Permitimos que unos cuantos, precisamente a los que confiamos tus cuidados, te dejaran sin las áreas verdes en las que deberían jugar nuestros niños, y encontrarse nuestros jóvenes para el amor.

Te hemos cargado todos los males de las grandes ciudades, y ninguno de los beneficios de las metrópolis de México.

Hemos renegado de tus ropajes y arrancado los mezquites y huizaches que de forma natural te visten, y por supuesto que no hemos podido cobijarte con los árboles extraños que demandan cuidados especiales.

Seguimos enviando a tus hijos – en el mejor de los casos - a estudiar a otras ciudades, que cuentan con mejores escuelas… no hemos podido edificar los templos del saber que te mereces.

Dejamos que el lucro, en el mayor de los casos, y la necesidad, en menor medida, generen la anarquía en tu crecimiento.

Nos diste agua en abundancia, en canales, drenes, ríos y lagunas, y olvidamos tomar las precauciones para conservarla y omitimos pelearla con la misma energía que lo hicieron los regiomontanos y los gringos.

Te llenamos de la chatarra vehicular que desechan los vecinos del norte, y olvidamos dotarte de un sistema eficiente de transporte colectivo.

No hemos aprendido a recorrer tus calles por el mero placer de conocerte… hacerlo a pie es imposible, te seguimos debiendo las banquetas.

Permitimos que se burlen de ti aquellos a los que has cobijado amorosamente, los que cuentan a sus hijos – tus hijos – las bellezas del sitio que abandonaron por hambre, para vivir aquí, donde tienen trabajo, casa propia, automóvil, familia y la posibilidad de ligar su bienestar a su esfuerzo.

Te queremos bella, pero no estamos dispuestos a gastar nuestras energías o nuestro dinero en el proceso de hacer más amables tus facciones… cuidar un árbol, pintar la casa, arreglar el jardín y todas esas tonterías, están bien para los otros, yo no tengo tiempo para eso.

Alamedas, campos deportivos, centros culturales, museos, jardines, plazas, bosques, esculturas, viveros, parques, canchas… eso no lo necesitamos, no es negocio, no deja, no es indispensable.

No nos importa que te saturen de propaganda y conviertan tus calles en un gigantesco exhibidor de publicidad… si nuestras casas inspiran nada, si las fachadas no importan, pues que se muestren los productos como en la televisión.

Perdimos el hábito de convivir, la buena costumbre de estar en paz con los vecinos… hoy la indiferencia es la mejor previsora de conflictos.

Fuera de los políticos en tiempos de campaña, nadie se atreve a declarar su amor por ti en voz alta, nadie se confiesa enamorado de tus calles, de tus casas, de tus rincones…

No existen… por lo tanto nadie envía una postal con tu retrato… si la ley de la oferta y la demanda es correcta y de aplicación universal, resulta que nadie pide una fotografía tuya para mostrarte y presumirle a sus seres queridos que no te conocen.

No hemos visto, y ni siquiera imaginamos tu retrato, tu imagen en una moneda, timbre postal, billete de lotería, medalla, pintura o mural.

Películas filmadas en tus calles, cortos, historias para canciones (videclip), telenovelas… ni pensarlo.

No tenemos un icono que te identifique, no te hemos dado un logotipo, no hemos capturado tu esencia y tu magia en un lema, no te hemos compuesto un himno, no hay una canción que sea tu canción… no hay una melodía que solicitemos con nostalgia cuando estamos lejos de ti.

Es la fecha de tu cumpleaños una buena ocasión para confesarte mis sentimientos: ¡Te quiero Reynosa!

Reynosa, Tamaulipas a 17 de marzo de 2009

oscardiaz482@msn.com
oscardiaz482@gmail.com
oscardiazsalazar@yahoo.com.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario