Gente como Alida

De santos y herejías
Por Eloy Garza González / MARZO 30, 2009
GENTE COMO ALIDA


En Nuevo León, el PAN es una enfermedad que cree ser su propio remedio. La decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife) de invalidar la elección de Mauricio Fernández convierte en enfermedad una práctica que debería ser la constante en cualquier partido: preguntar a sus militantes quién quieren que los represente en la elección constitucional.

Pero para Alida Bonifaz, una abogada más o menos competente pero no una política democrática, lo importante es manipular la Ley para deshacer el voto mayoritario. Si la cuota de género que estableció la convocatoria de este proceso establecía no incluir más del 60 por ciento de integrantes del mismo género, lo de menos es haber culminado con una votación copiosa esta elección; se trataba de ensuciarla hasta anular el triunfo del contrario y acabar con las aspiraciones de Mauricio.

Poco importa que la planilla de Fernández y del otro precandidato hicieran las correcciones respectivas sobre la marcha: si bien el día de la elección interna llegaron los tres contendientes con las cuotas bien cumplidas, el daño ya estaba infringido. Como buena litigante que es, la leguleya (que no política) Alida Bonifaz asestó un zarpazo imprudente y nada femenino a la ya de por sí deteriorada unidad interna de los panistas.

La cuota de género sirvió como botín político a una mujer supuestamente agraviada porque los panistas de un municipio que ni siquiera es el suyo, le dieron la espalda. Para enmendar la ofensa, que arda Roma. Total, Alida es toda la fuente de rencor y revancha que se quiera, menos una política.

En alguna época, los panistas de Nuevo León (aquellos legendarios barones) fueron los principales defensores de la razón democrática. De hecho la razón democrática es una de las causas, quizá la principal, por las que nació el PAN, de la mano de su fundador, Manuel Gómez Morín (¿por qué será que los grandes héroes tienen, todos, nombres de calle?). Siguiendo estos principios, el PAN se legitimaba como gobierno.

Pero gracias a gente imprudente como Alida Bonifaz, el PAN ha dejado de ser el gobierno de la razón democrática, y está perdiendo el poder. Hubo un tiempo cuando los gobiernos panistas se basaban en la capacidad del ciudadano de usar la razón para exigir transparencia y cuentas de sus actos a sus gobernantes, a sus alcaldes, a sus gobernadores, a sus legisladores.

Pero ahora en sus filas hay mucho aventurero, mucho improvisado e inexperto político de última hora con disfraz de abogado supuestamente recto, que ve a la razón democrática como su enemiga.

La razón democrática que definía al PAN sufre el ataque legaloide de gente como Alida, que usan prácticas dolosas como la manipulación de la Ley, la falsa propaganda, el marketing como sustituto de la ideología; trabajan para el escándalo y la anarquía, la estridencia y la publicidad; gobiernan a golpes de Trife y de efectos mediáticos; creen en la aplicación forzada de la norma como único valor democrático y están más al tanto de su egolatría que de las mayorías; cuidan más su vanidad que las causas ciudadanas; entraron a la política por cálculo egoísta y ambiciones mezquinas.

Estas son las razones por las que el PAN está perdiendo las elecciones estatales y municipales. No es una mala racha electoral la que sufre, es la consecuencia de las ineptitudes y los desatinos de gente como Alida, y que los ciudadanos aprenden a castigar negándoles su voto.

eloygarza@lostubos.com
eloygarza@yahoo.com